DENGUE: LA ENFERMEDAD, PROTECCIÓN Y SIGNOS DE ALARMA

El Dengue es una enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Éste tiene hábitos domiciliarios y necesita de recipientes (naturales o artificiales) que contengan agua limpia y quieta para reproducirse. Es de tamaño mediano, color oscuro, con rayas más claras en las patas y un dibujo similar a una lira detrás de la cabeza.
En la Argentina 22 millones de personas viven en áreas de riesgo de transmisión de dengue.

No se transmite de persona a persona, sino a través del mosquito que pica a una persona enferma y así incorpora el virus. El mosquito Aedes aegypti es el vector que lleva la enfermedad de una persona a otra.
Por esa razón, la mejor forma de evitar el contagio es impedir el desarrollo del mosquito que lo transmite.

¿Cómo se desarrolla el mosquito transmisor?


Durante los meses fríos, las larvas del mosquito permanecen en recipientes con agua estancada o limpia, sean floreros, tanques de agua, neumáticos o recipientes en desuso. Recién con el calor las larvas comienzan a desarrollarse hasta alcanzar el estadio de mosquito adulto.
Los cambios climáticos, la presencia de numerosos criaderos artificiales que le ofrece el hombre en zonas urbanas, la resistencia a los insecticidas y el desconocimiento acerca del dengue, están influyendo en la dispersión de la especie Aedes aegypti y de la enfermedad.

Protección contra la picadura del mosquito adulto


El ataque del mosquito es silencioso, picando preferentemente en las articulaciones de tobillos y muñecas. Habitualmente se alimenta a horas tempranas de la mañana (de 6 a 9) y al atardecer (de 18 a 21).
Las personas deben cuidarse de manera continua independientemente del ámbito en el que circunstancialmente se encuentren. Por ello, para protegerse de las picaduras durante todo el día se debe:  
Evitar los lugares donde prolifere el vector.
Utilizar indumentaria que cubra las extremidades (pantalones largos, camisas o remeras de mangas largas y medias).
Usar repelentes sobre la piel expuesta.

Signos de alarma

El dengue puede provocar fiebre alta repentina (mayor a 38º), dolor de cabeza (fundamentalmente en la frente y detrás de los ojos), dolores en los músculos y las articulaciones, náuseas, vómitos, cansancio intenso, pérdida de gusto y apetito, manchas en la piel similares al sarampión, picazón, el cuadro general es parecido a una gripe. Puede no dar síntomas, y también presentarse en formas más graves (dengue hemorrágico).  
No hay un tratamiento específico para el dengue. Los médicos indicarán los medicamentos necesarios para tratar cada síntoma. Se recomienda no tomar aspirina y evitar inyecciones intramusculares. Ante la aparición de síntomas acuda a su Centro de Salud.

 

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Fecha de publicación : 07-03-2013