NO SIEMPRE SE COMEN PERDICES

Cada 14 de febrero, día de San Valentín, tiene lugar una celebración tradicional que ha sido asimilada por la Iglesia católica con la designación de San Valentín como patrono de lxs enamoradxs. Se hizo popular en muchos países y en tiempos modernos, especialmente en los anglosajones, expandiéndose a otros lugares a partir del siglo XX .


Durante ese día y los previos, un despliegue de propuestas de actividades, promociones bancarias, ofertas con suculentos descuentos van sustentando la idea de la pareja heterosexual como la adjudicataria de los festejos. Solventando la idea de que el modo es el agasajo a través del consumo de diferentes productos que harán que una o las dos personas que forman esa pareja se sientan mejor y más amadas. Las cábalas en general aparecen dirigidas a las mujeres que no están casadas o no tienen parejas y que, por supuesto, apuntan a encontrar un varón para completar su existencia.


Un despliegue de imágenes, sonidos y consignas que propician la idea del "amor romántico" se dirigen a la pareja heterosexual con un objetivo final: la construcción de la familia heterosexual binaria.
Así, mandatos y consumo que reflejan heteronorma y mercado van construyendo subjetividad.


Lxs adolescentes ven condicionada su forma de pensar, de percibir la vida y el amor a través del "amor romántico" que contiene supuestos que permiten esconder relaciones violentas desde el noviazgo. En esa etapa de importancia constitutiva para la edad adulta, construyen ideales de parejas o familias o sienten que "no encajan" en el molde. El obstáculo se presenta en la imposibilidad de elegir libremente lo que serán actos o decisiones que muchas veces marquen sus vidas.


Otorgar herramientas que permitan distinguir algunos puntos claves del "amor romántico" es una tarea que podemos realizar lxs adultxs en los espacios en los que lxs adolescentes van desarrollando sus relaciones (la Escuela, la familia, los clubes, etc.) y nos permitirá también reflexionar acerca de nuestras propias construcciones.


ALGUNOS MITOS DEL AMOR ROMÁNTICO
Si no siento celos en mi relación de pareja es que no amo verdaderamente a la otra persona.
Se construye la idea como una prueba irrefutable del hecho de estar enamoradx de alguien y termina fomentando actitudes represivas, egoístas, de posesividad, desconfianza e incluso de violencia.


Si la otra persona me ama sabrá qué me pasa cuando estoy enfadadx, triste... sin tener que preguntármelo. Cuando hay amor no hace falta la comunicación directa porque entre las dos personas hay una especie de poder telepático.
Imposibilitada la comunicación de la expresión del sentir, los malestares o diferencias promueven el aislamiento y la frustración en esa relación.


El amor todo lo puede y todo lo cuida y es suficiente por sí solo para que una relación funcione. Bajo esta idea, amar es tolerar y perdonarlo todo. Podemos cambiar "por amor" o intentar hacer cambiar el otro. Se enclava aquí una de las bases de sometimiento para que se geste la violencia.


Existe "el amor de tu vida" y éste es para siempre.
Pareciera que el tiempo, las circunstancias y la evolución personal no hacen variar el amor. Cuando ello sucede hemos fallado.


Existe una persona absolutamente complementaria a mí que llenará mi vacío y me librará de la soledad.
La idea de la existencia de la media naranja anula el desarrollo individual, imposibilita proyectos personales y genera tensiones entre los deseos de las partes.
Somos personas completas. Tener pareja, formar una familia, tener hijxs es una elección personal y no un requisito indispensable para encontrar la felicidad.



Respeto, libertad, igualdad y confianza son fundamentales para la construcción de relaciones entre las personas.


Todas las personas tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia.