MIRÁ CÓMO NOS PONEMOS

Acompañamos la denuncia pública y ante el Ministerio Público de Nicaragua de la actriz Thelma Fardin contra el actor Juan Darthés, por abuso sexual.

12/12/2018

Lucía Pérez y Thelma Fardin tenían la misma edad, 16 años, cuando fueron violentadas por adultos cercanos a ellas. Adultos varones que usaron el poder para abusar y violar sabiendo que su cómplice era el silencio, la vergüenza y el miedo. Lucía perdió la vida y la justicia machista y patriarcal desconoció su martirio absolviendo a los acusados. Thelma parece haberla recuperado a través de la palabra, la denuncia judicial y pública.

Las preguntas similares en cada caso, luego de cada denuncia o femicidio: ¿por qué no contó?, ¿por qué no se fue? ¿por qué estaba allí? La víctima, siempre, como sospechosa del delito que cometen sobre su cuerpo, sobre su integridad. Para quienes se preguntan qué está pasando, la respuesta es sencilla: NO NOS CALLAMOS MÁS.

Se ha roto esa cárcel de silencio, vergüenza y miedo. Liberada la palabra, la acción es inevitable. Este camino no fue de un día para otro, fue un trabajo de años, de décadas. Viene a aliviar y fortalecer a quienes en el anonimato padecieron y padecen.

No es no, mi cuerpo es mio, no nos callamos más, mirá cómo nos ponemos son expresiones que trascienden las redes sociales. No son una moda. Transforman las vidas. Fortalecen a quienes se vulneran e interpelan al conjunto.

La violencia no es una cuestión de las vidas privadas. Ya no se resuelve entre cuatro paredes. Son parte del conflicto social que atraviesa puertas, ventanas y paredes. Por eso son imprescindibles, urgentes y vitales las políticas públicas que acompañen y fortalezcan a las personas en situación de violencia para poder encontrar otros caminos de vida plena, así como una administración de la Justicia con perspectiva de género, de diversidad, liberada del menosprecio a las vidas que tantas veces de demuestra.

Lxs Trabajadorxs de la Educación sabemos de qué se trata. A diario vivimos situaciones donde niñxs,, adolescentes y adultxs hacen referencia a las violencias que viven, que atraviesan sus vidas y las condicionan. Muchas veces nos quedamos sin palabras, con la angustia que produce saber que es posible que descrean de sus palabras, que la responsabilidad recaiga sobre quien está en situaciones de vulnerabilidad.

Sabemos también que no alcanza con el repudio, con la expresión de solidaridad, sino que urge una construcción de otro tipo de relaciones interpersonales.

Por eso ratificamos, defendemos y aseguramos desde nuestro trabajo diario la implementación de la Educación Sexual Integral para que cada niñx y adolescente no sólo conozca el enunciado de sus derechos sino que puede usar la palabra para hacer visibles todas aquellas vulneraciones que pueda estar padeciendo.

Para que las reconozcan en quien está a su lado y podamos acompañar, fortalecer y cobijar como lo hacen con Thelma las actrices, sus compañeras de trabajo.