1997 - 2 DE ABRIL - 2015

LA LUCHA HISTÓRICA DE LA CARPA BLANCA DE LA DIGNIDAD

"Sin violencias, con imaginación y entereza, instalaron nuevos métodos para la lucha gremial, resistieron los empellones del poder altanero, soportaron la fatiga propia y la ajena, eludieron las tentaciones de la rendición anticipada, desoyeron los consejos maliciosos y demandaron hasta conseguir, en la libertad democrática, el mandato de la ley. Probaron, con toda evidencia, que ninguna razón de la economía es superior a la condición humana. Cuando ayer desarmaron la Carpa Blanca, festejaban la victoria de otra etapa cumplida, en una larga historia que aquí no termina, para beneficio de la escuela pública. Con el mismo acto dejaron inaugurada la esperanza para el desamparo de tantos, que desde ahora tendrán un espejo donde mirarse. Se puede y se debe, enseñaron sin pizarrón ni tiza pero con legítimo orgullo.
Con el paso del tiempo, tal vez se extraviarán en la memoria los nombres de los mil quinientos ayunantes, pero eso no importa. Igual serán leyenda en el imaginario popular, porque así se cuentan los sueños, porque así se recuerdan las epopeyas de los mansos."
- José María Pasquini Durán - periodista - extracto de su nota de opinión del 31 de diciembre de 1999 en Página 12.

"Los 3 años de la lucha de la Carpa Blanca constituyen una épica y compromiso de la escuela pública. Fue la resistencia de nuestro pueblo al neoliberalismo".
- Hugo Yasky - Secretario General de la CTA NACIONAL -

LA HISTORIA QUE SE ESCRIBE CON TIZA:

El gobierno neoliberal de Menem llevó adelante una política educativa que utilizó una estrategia de avanzar con distintas y variadas propuestas y acciones en cada lugar del país, sin correrse del objetivo de desestructurar el aparato educativo.

En el marco de normativas de excepcionalidad o emergencia, propiciadas a partir de la Ley de Transferencias de Servicios Educativos, los gobiernos provinciales avanzaron en reducciones y ajustes presupuestarios, rebajas salariales, precarización de los puestos de trabajo y un proceso de reconversión laboral librado al mercado.

Desde 1997 las acciones del SUTEBA se centraron en la lucha que la CTERA emprendió por una Ley de Financiamiento Educativo. La iniciativa que posibilitó la nacionalización del conflicto fue la instalación de la Carpa Blanca frente al Congreso y el inicio del ayuno docente por parte de unos cincuenta maestros, el 2 de abril de 1997.

Entre los reclamos fundamentales se encontraban aquellos que apuntaban a mejoras salariales, una Ley de Financiamiento Educativo, la derogación de la Ley Federal de Educación y contra las políticas instrumentadas durante el gobierno de Carlos Menem. Podemos remarcar los objetivos políticos que fueron parte de esa lucha:

• Evitar que la reforma del Estado, la precarización laboral y la desocupación afectaran a la educación.
• Ponerle límite al proceso de desfinanciamiento progresivo del sistema educativo, que venía profundizándose.
• Disputar ideológicamente el proceso de desacreditación de la escuela pública.
• Resistir la privatización de segmentos del servicio educativo.
• Denunciar y combatir los mecanismos de exclusión y diferenciación que las reformas neoliberales potenciaban o introducían en la escuela.

"... A una semana de instalada la carpa la brutal represión desatada contra el pueblo de Cutral Có -cuyos reclamos fueron articulándose al calor de la lucha de los maestros neuquinos- cobró en Teresa Rodríguez una víctima de este CTERA convocó a un paro nacional y a la movilización del 14 de abril en repudio a la represión. La sorprendente masividad de ambas medidas parecía indicar que una trama de resistencia comenzaba a tejerse y anudarse desde y con la Carpa Blanca.

Esa primera sensación de que la carpa estaba llamada a condensar en su territorio físico y simbólico la multiplicidad de pequeñas-grandes batallas contra el modelo, fue expandiéndose hasta límites inusitados; junto a los docentes estuvieron los familiares de José Luis Cabezas y de María Soledad Morales peleando para recuperar la justicia negada por el poder; los familiares de las víctimas de la AMIA y la Embajada de Israel, los padres de Miguel Bru y Sebastián Bordón, muertos por el gatillo fácil y otras nuevas formas de represión contra los jóvenes. Estuvieron las Madres y Abuelas de Plaza de mayo, los eternos jubilados, los religiosos comprometidos socialmente como Marta Pelloni o Carlos Cajade, que batallaban contra el hambre y la prostitución de nuestros pibes.

La Carpa fue caja de resonancia y contención de las luchas cotidianas de los trabajadores desde el drama personal de un compañero hasta los que se expresaron a través de los conflictos sindicales. Y es a través de esos gestos que la Carpa se trasforma en la Carpa de la Dignidad.

Desde sus aspectos más visibles pueden citarse por un lado el acierto de CTERA de instalar como producto massmediático un hecho político cuyo signo ideológico no se desdibujó con la exposición pública y por otro lado, el compromiso permanente con tantos escritores, músicos, artistas plásticos, bailarines, murgueros, deportistas de todas las disciplinas... tantos y tantos expresaron como nunca antes la articulación de un consenso de los trabajadores de la cultura en defensa de uno de los bienes mas preciados, la educación publica".1

1. Vazquez, Silvia "La carpa como movimiento cultural" CTERA mimeo 2003.