COMPAÑERA MILITANTE POR LOS DERECHOS HUMANOS

DESDE SUTEBA, LOS TRABAJADORES DE LA EDUCACIÓN EXPRESAMOS NUESTRO PROFUNDO DOLOR Y PENA, POR LA MUERTE DE VIRGINIA OGANDO

Virginia era hija de padres detenidos desaparecidos, tenía tres años cuando  secuestraron a su madre Stella Maris Montesano de Ogando, embarazada de ocho meses, de la que hay constancias de que estuvo en el Centro Clandestino Pozo de Banfield.

Militó en H.I.J.O.S. y se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo, Asociación de la cual su abuela, Delia Giovanola, es una de las doce fundadoras, para continuar la búsqueda de Martín, su hermano nacido en cautiverio. Su lucha, perseverancia y compromiso para encontrar a su hermano nos deja el deber de seguir en la búsqueda para que recuperen su identidad y su historia los nietos que restan encontrar y terminar con la impunidad de los genocidas.

 Virginia Ogando, a pesar de su voluntad de hacer y de su compromiso militante, no pudo superar las profundas secuelas traumáticas de su historia personal, teniendo en cuenta el horror inimaginable a que fueron sometidos quienes fueron detenidos-desaparecidos, y el no hallazgo del hermano que buscó afanosamente. La dictadura dejo en su caso huellas imborrables de aquel descenso a los infiernos del terrorismo de Estado. Su muerte es también un crimen imputable a los genocidas.

Abrazamos y acompañamos a su abuela, hijos y familiares como a sus compañeros y compañeras de vida y lucha.

Fecha de publicación : 17-08-2011