DIABETES: CONCEPTOS GENERALES

La detección de la diabetes se realiza por medio de un análisis de sangre (glucemia) en ayunas. Hay que solicitarla en los controles periódicos de laboratorio y a todas las embarazadas. Obtener un diagnóstico precoz y llevar adelante un tratamiento adecuado permite controlar la enfermedad, mejorar la calidad de vida y prevenir las complicaciones derivadas de la misma.

Es importante que las personas con factores de riesgo se realicen un control regular, en especial quienes tienen familiares de primer grado con diabetes (padres o hermanos), obesidad, más de 45 años, hipertensión arterial, colesterol aumentado en sangre y, además, las mujeres si tienen antecedentes de diabetes gestacional o hijos nacidos con un peso superior a los cuatro kilos.

Una parte de los casos de diabetes se podría evitar teniendo un peso adecuado y realizando actividad física moderada. La obesidad constituye la causa modificable más importante de diabetes en el país: de acuerdo a la Primer Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada en 2005 por el ministerio de Salud de la Nación, casi la mitad de la población presenta sobrepeso y obesidad.

Cerca del 40 por ciento de las personas obesas sufren diabetes, sin saberlo. Hay diferentes tipos de diabetes, la tipo 1 o insulinodependiente, la tipo 2 o diabetes no insulinodependiente y la diabetes gestacional. La primera es diagnosticada, por lo general, en personas menores de 30 años y, al igual que la que aparece en la adultez o durante el embarazo, reconoce siempre una predisposición genética. Su característica principal es la incapacidad del cuerpo para producir insulina, la hormona que hace posible la utilización de la glucosa por parte de las células del organismo. En la diabetes tipo 1, que es la menos frecuente, la incidencia en la población infantil es de 6 a 10 casos en 100 mil niños.

Pero de todos los diabéticos, el 85 por ciento padece la diabetes tipo 2 y, además de derivar de una predisposición genética, influyen en su aparición factores alimentarios y los hábitos sedentarios. Si no es tratada a tiempo puede causar ceguera, insuficiencia renal, impotencia sexual e infartos, entre otras consecuencias.