Un día vi flamear nuestra bandera en el mástil instalado en la entrada del área protegida de Natural Turística de Pingüinos de Magallanes, Punta Tombo en la Provincia de Chubut, en Patagonia Argentina; y sentí la necesidad de hacerle un reportaje imaginario a la bandera, que representa ante el mundo a nuestra Patria.
- ¿Señora Bandera, me podría decir sus momentos más felices?
- Tuve muchos respondió, por ejemplo cuando el General Belgrano me desplegó por Primera vez a orillas del Paraná el 27 de febrero de 1812, y cientos de jóvenes soldados juraron “Defenderme hasta perder la vida” este hecho que proyecta y actualiza la Sra. Presidente en el mismo lugar 200 años después con apreciados sentimientos ha acrecentado y multiplicado en el tiempo historias y vivenciadas.”
Otro fue el 23 de agosto 1802 cuando fui izada en la torre de la Iglesia de San Nicolás, en la ciudad de Buenos Aires, donde hoy está el obelisco.
También, el 25 de julio de 1816, cuando el Congreso de Tucumán me designo “Bandera Oficial de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.
El 7 de marzo de 1827 su izamiento por parte del Tte. Oliver, en el “Cerro de la Caballada" al vencer de la invasión que hace 185 años efectúo Imperio Portugués en Carmen de Patagones, Patagonia Argentina.
Otro hecho fue el 22 de febrero de 1904. Cuando Hugo Alberto Acuña izó la bandera Argentina en La Antártida y desde ese momento comenzó a flamear en aquel desolado continente, fue un joven con sólo 18 años, que además se constituyó la primer estafeta postal. Fue el primer argentino que lo realizó, esta reivindicación que hoy para esta fecha se la conmemora como el día de la Antártida.
Ahora si debo hablar de un día muy feliz de mi vida, ese día fue el 2 de Abril 1982. Cuando soldados Argentinos me izaron en las Islas Malvinas, repitiendo y revindicando a El Gaucho Antonio Rivero, que en 1833 lideró un alzamiento contra la ocupación británica de las Islas Malvinas, volviendo a marcar soberanía en ese territorio Patrio.
- ¿Ahora me puede decir sus momentos más tristes?
- Le voy a enumerar 3 tristes días de mi vida. El primero fue el 3 de febrero de 1820, cuando las fuerzas del Director Supremo General Rondeau fueron derrotadas por el ejército de los caudillos del litoral Oriental, guiados por Artigas, quienes exigieron la disolución del Congreso y del Directorio, y yo quedé sola sin tener a quién representar.
El segundo día mas triste de mi existencia fue el día 14 de junio 1982, cuando fui arriada de los mástiles de Malvinas tras la derrota de nuestras fuerzas armadas en mano de los ingleses.
Y el tercer día, aquí cerca, en el Puerto de Madryn, donde los soldados Argentinos devueltos de Malvinas entregaban, ocultas entre sus vestimentas, numerosas banderas que sin ninguna duda volverán a flamear algún día a ese rincón de Patria, donde flamearon con una esperanza del país soberano que nos representa.
Fuente:
Ministerio de Turismo – Presidencia de la Nación.
Cien años de Turismo Argentino
