ALIMENTACIÓN: UN HECHO SOCIAL

De acuerdo a los datos analizados de morbilidad entre los docentes de la provincia de Buenos Aires atendidos en nuestros centros de salud en ocasión del examen Periódico de Salud, y a los datos obtenidos durante la Campaña de Concientización de Factores de Riesgo Cardiovascular que se desarrolla en escuelas, sabemos que el sobrepeso y la obesidad alcanzan en nuestra población una prevalencia del 55%, mayor a la informada en el país para la población general.

El problema alimentario, en nuestra población objetivo, los docentes de la provincia y el conurbano bonaerense no parece requerir un trabajo de legitimación previo como necesidad, ni una discusión acerca de si es o no un problema de salud.

Cifras de sobrepeso, obesidad, dislipemias, diabetes, hipertensión arterial, problemas de salud bucal dan cuenta de su lugar ganado en la agenda de trabajo de este Sindicato.

¿Se puede abordar en términos de prevención?

Sí, porque acciones preventivas son aquellas orientadas a evitar la aparición de enfermedades específicas, reduciendo su incidencia y prevalencia en poblaciones definidas. Requiere una acción anticipada basada en el conocimiento de la historia natural de la enfermedad y la epidemiología. Utiliza para sus intervenciones la divulgación de información científica y de recomendaciones normativas.

¿Es suficiente trabajar desde un enfoque preventivo y de educación para la salud?

No. No solamente sería insuficiente sino que sería incorrecto.

¿Puede enfocarse entonces desde la promoción?

Sí, porque la promoción de la salud se define de un modo más amplio que la prevención, se refiere a medidas que no se dirigen a una determinada enfermedad o desorden, pero que sirven para aumentar la salud y el bienestar generales.

Promover es dar impulso a, promover, generar. Sus estrategias se centran en la transformación de las condiciones de vida y trabajo, entendidas como los factores subyacentes a los problemas de salud, y demandan por ello abordajes intersectoriales.


Para trabajar con este problema es necesario recuperar la dimensión de la alimentación como un hecho social total, que involucra todas las prácticas sociales. Trabajar desde una perspectiva comprensiva (qué come y por qué come así),  y no normativa (qué tiene o no que comer). No ver la comida solo en términos de nutrientes sino de las relaciones sociales que llevan a que eso sea considerado como tal y sus efectos, no sólo en el organismo de los comensales, sino en la organización social.



Fecha de publicación : 10-09-2010