Cada 28 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Higiene Menstrual.
La fecha coincide con el Día de Acción por la Salud de las Mujeres y busca concientizar acerca de la "pobreza menstrual": la necesidad de insumos, las políticas públicas deficientes, los estereotipos, la falta de información y los tabúes.
La disponibilidad de agua y jabón, de materiales adecuados y suficientes (así como de instalaciones privadas e higiénicas para su colocación y recambio) son derechos básicos.
Hay alrededor de 2.000 millones de personas en el mundo -niñas, adolescentes, mujeres, varones trans, identidades no binarias- que menstrúan. Eso implica una de cada cuatro personas que habita este planeta.
Resulta llamativo que haya niñas y adolescentes que llegan a su primera menstruación con escasa información y tabúes que deberían estar superados en pleno siglo XXI. Como resulta llamativo, también, que los altos costos de los insumos de gestión menstrual no sean parte de la agenda de debate general. La falta de recursos económicos para solventar ese gasto mensual implica en muchas ocasiones la ausencia a clase.
Desde la ESI, que abarca la importancia de la diversidad sexual y de género, deben incluirse a las personas travestis - trans y no binaries en las acciones y actividades sobre menstruación para promover la salud menstrual y hábitos de higiene que previenen infecciones.
Con la Educación Sexual podemos abordar la importancia de la higiene menstrual, romper tabúes, y brindar información y herramientas a las personas menstruantes para que puedan ejercer sus derechos en libertad y sin violencias.
¡La gestión menstrual es un derecho en términos de insumos, información y ruptura de estereotipos!