Ante el hartazgo generalizado de la sociedad frente a un modelo conservador y excluyente, la pérdida de puestos de trabajo, una "revolución productiva" que terminó en casi 2 millones de desocupados -la más alta y sostenida de la historia-, el aparato productivo desmantelado, el entramado de corrupción, la certeza del negociado impune, la política de deconstrucción de toda noción de comunidad..., el triunfo en las urnas que derrotó al menemismo alentó ciertas esperanzas ante la posibilidad de terminar con la ignominia; poner fin al dolor.
Sin embargo, lo que se aproximaba fue una etapa oscura y compleja que llevó al Pueblo hasta las puertas del infierno.
En febrero de 2000 el Gobierno propuso la Reforma Laboral y se promulgó la ley en mayo de ese año en medio del escándalo de corrupción conocido como "Ley Banelco": Surgen denuncias que dan cuenta de que varios senadores habrían sido sobornados para votar de manera positiva; circulaban versiones de que el dinero habría salido de la SIDE que presidia el banquero Fernando de Santibañes, amigo del presidente Fernando de la Rúa. El Ministro de Trabajo era Alberto Flamarique y Rodolfo Terragno el Jefe de Gabinete.
La nueva Ley que desató una crisis incluía:
• la eliminación de la cláusula de ultra actividad;
• la descentralización de las negociaciones laborales;
• la creación de servicios de mediación y arbitraje;
• la autorización para cambiar acuerdos de trabajo en casos donde la estabilidad económica de la firma estuviera en riesgo;
• la extensión del período de prueba;
• la nacionalización del registro de trabajadores;
• la modificación del sistema de tributación de microempresas para extender a las cuentapropistas de bajos ingresos.
Los pretendidos efectos positivos de la ley nunca se vieron.
LOS TRABAJADORES FRENTE A LA CRISIS
En este contexto se da un avance con una nueva herramienta sindical, la CTA, que además de estar integrada por distintos sindicatos ya existentes, impulsaba la afiliación directa de jubilados, desocupados o trabajadores sin afiliación.
La Marcha por el Trabajo había comenzado el 26 de julio de 2000. Tuvo como objetivo impulsar la recolección de firmas que avalaran la iniciativa popular por la creación de un Seguro de Empleo y Formación.
Los 319 caminantes de la CTA que recorrieron más de 300 km a pie durante 15 días, recolectaron más de 400.000 firmas apoyando la propuesta que consistió: 380 pesos para Jefas y Jefes de familias desocupados y un salario familiar de 60 pesos por cada hijo, para todos los trabajadores.
La militancia y el compromiso de todos los Movimientos Sociales, docentes, trabajadores del Estado permitieron que culminara en un acto de características masivas frente al Congreso de la Nación.
Muchos trabajadores se organizaron de manera horizontal y democrática, generalmente bajo la forma de cooperativas.
El fracaso del plan económico hizo que José Luis Machinea renunciara en los primeros días de marzo de 2001 y asumiera Ricardo López Murphy, quien llega con propuestas de más achicamiento del Estado:
• Un recorte de 2500 millones de los cuales 1100 afectarían al Presupuesto Educativo;
• La eliminación de 550 millones del Incentivo Docente;
• Reducción de 360 millones a las universidades;
• Reducción de 200 millones más a infraestructura;
• Se proponía el despido de 100000 empleados públicos.
Ante las exigencias de los organismos multilaterales de crédito, el Gobierno de la Alianza impulsó el ordenamiento del sector público. Dentro de esa lógica, el Ministro de Educación de la Nación, Juan Llach, planteó El Pacto Federal Educativo II.
Durante el mes de junio del año 2000 se desarrollaron la Jornadas Regionales sobre la "Repercusión de la Reforma Educativa y las políticas neoliberales en la crisis interna de la escuela" durante las que se analizó el borrador del Pacto Federal.
El Consejo de Secretarios Generales de CTERA rechazó unánimemente el Pacto y declaró en estado de alerta y movilización a toda la docencia argentina.
En la Provincia de Buenos Aires, SUTEBA realizó diferentes acciones para denunciar las consecuencias de la firma del Pacto como mesas de difusión, distritales, radios abiertas, clases públicas, actividades con padres, con distintas organizaciones comunitarias, sociales y gremiales en el marco de la CTA.
El eje central del SUTEBA durante el año 2000 fue el de la estabilidad laboral para más de 40000 compañeros cuyo logro se materializó con la Ley de Titularización Automática. No sólo significó una reparación histórica sino el reaseguro de miles de fuentes de trabajo ante anunciados ceses.
Frente la contundencia de estas acciones acompañadas por una fuerte movilización popular y la reacción social, el Ministro de Educación (Llach) renunció a su cargo.
De la mano de Domingo Cavallo se realiza el canje de 46 tipos de bonos por 5, cuyos vencimientos se establecieron para 2001 y 2005 y para 2008, 2015 y 2031.
En Buenos Aires, el gobernador Ruckauf, en coincidencia con los vencimientos de la deuda provincial, postergó el pago de salarios, del Incentivo Docente, de las partidas para comedores y transportes escolares y de las retenciones sindicales.
El 21 de julio de 2001 la Legislatura de la provincia de Buenos Aires aprobó la ley 12.727, que declaraba el estado de emergencia económica, administrativa y financiera del Estado provincial.
El corralito financiero fue, tras el megacanje y la ley del Déficit cero, otro intento desesperado para salvar la convertibilidad: se implantó para frenar la corrida bancaria y la salida de capitales que estaba vaciando las reservas del Banco Central.
El corralito fue la solución de un deudor desahuciado, que hace cualquier cosa con tal de durar un poco más.
El descontento popular crecía, los ahorristas con cuentas en los bancos no podían retirar sus ahorros. Como consecuencia, los sectores afectados por las medidas salieron a la calle a protestar, haciendo ruido con cacerolas. Mientras tanto Cavallo viajaba a EEUU en busca de más ayuda, a cambio de más recortes salariales -del 13 al 21%- según trascendidos de aquel momento.
Al son de las cacerolas, los sectores a los que el plan de convertibilidad había condenado a la extrema pobreza irrumpieron en las calles del conurbano bonaerense y en algunas ciudades del interior como Rosario, Mendoza y Entre Ríos; saquearon supermercados y comercios de los barrios. El 18 de diciembre De la Rúa pronunció un discurso en el que llamaba a la unidad nacional y el 19 se llevaron acabo movilizaciones en varias provincias.
EL 19 Y 20 DE DICIEMBRE
En el contexto de la crisis Nacional el 19 de diciembre, la CTA se movilizó a la Ciudad de La Plata y a pesar de la fuerte represión a los trabajadores estatales, se impidió el tratamiento en la Legislatura de la Ley Ómnibus que planteaba más ajuste.
El Presidente De La Rúa anunció por cadena nacional que había decretado el Estado de Sitio por 30 días en todo el país. Ese discurso jugó como detonante de un estallido y en el anochecer del 19, luego de escuchar al Presidente una multitud, fundamentalmente de los barrios de Capital, llenó la Plaza de Mayo con el cántico contundente "que se vayan todos, que no quede ni uno solo" consigna que se generalizó y daba cuenta de la crisis de representación política que se vivía. Hubo represión y también las Madres de la Plaza fueron brutalmente golpeadas por la policía montada.
Cavallo presentó la renuncia a su cargo en el Ministerio de Economía. Desde la mañana del 20 de diciembre el pueblo siguió concentrándose en la Plaza de Mayo y en otras ciudades del país. Los compañeros de la CTA se concentraron frente al Congreso de la Nación exigiendo derogación del Estado de Sitio y repudiando la represión.
En Rosario fue asesinado el militante Claudio "Pocho" Lepratti, de 35 años, auxiliar de cocina de una escuela en el barrio Ludueña, a la que llegaba en bicicleta. Subido al techo de la escuela le gritaba a la policía: "dejen de tirar que aquí solo hay pibes comiendo". Como respuesta recibió un escopetazo de un policía llamado Esteban Velásquez. Desde su muerte se convirtió en símbolo de la resistencia de los barrios más vulnerables y las bicicletas pintadas en las paredes nos recuerdan que ¡Pocho vive!
Al atardecer renunció el Presidente De La Rúa y la imagen del helicóptero en el que se retiró de la Casa Rosada simbolizó la inviabilidad de aquel proyecto político económico y el final anticipado de otro gobierno de la democracia. El saldo de la represión de esos dos días fue de 39 víctimas y centenares de heridos y detenidos.
Fuente: Secretaría de Formación Político Sindical, Libro "Clase Trabajadora, nuestra historia".