14 DE FEBRERO - DÍA DE SAN VALENTÍN: "EL AMOR NO MATA"

Cada 14 de febrero, día de San Valentín, tiene lugar una celebración tradicional que ha sido asimilada por la Iglesia católica con la designación de San Valentín como patrono de lxs enamoradxs. Se hizo popular en muchos países en tiempos modernos, especialmente en los anglosajones, expandiéndose a otros lugares a partir del siglo XX.

Durante ese día y los previos, un despliegue de propuestas de actividades, promociones bancarias, ofertas con suculentos descuentos van sustentando la idea de la pareja heterosexual como la adjudicataria de los festejos, solventando la idea de que el modo es el agasajo a través del consumo de diferentes productos que harán que una o las dos personas que forman esa pareja se sientan mejor y más amadas. Las cábalas en general aparecen dirigidas a las mujeres que no están casadas o no tienen parejas y que, por supuesto, apuntan a encontrar un varón para completar su existencia.

Un despliegue de imágenes, sonidos y consignas que propician la idea del "amor romántico" se dirigen a la pareja heterosexual con un objetivo final: la construcción de la familia heterosexual binaria.

Así, mandatos y consumo que reflejan cisheteroalonorma y mercado van construyendo subjetividad.

Esta fecha no se halla en el calendario escolar pero nada impide su abordaje, ya que los ejes de la ESI permiten trabajar durante todo el año el concepto de amor, afectos, formas de relacionarse con otres, prevención de las violencias en los noviazgos, respeto a las identidades.

El amor se entiende como una construcción social y cultural que se origina en las costumbres y creencias, las normas y las necesidades de las diferentes sociedades y culturas, por lo que se ha ido modificando con los tiempos históricos y sociales por lo que los vínculos amorosos y sexo- afectivos han cambiado a lo largo de la historia de la humanidad.

El amor tiene muchas formas, pero siempre debe ser consensuado, libre e igualitario. Dentro de los mitos del amor romántico se sostienen estereotipos del "verdadero" amor que sostiene formas estructurales y patriarcales de dominación. La presión por cumplir estos mandatos impuestos desde temprana edad atenta contra la libertad de tomar nuestras propias decisiones. Legitimar "el amor" en una forma establecida lleva a naturalizar estereotipos de género en las relaciones de pareja. La idea de encontrar al príncipe azul o de rescatar a la damisela en peligro, establece que otras formas de amor queden invisibilizadas porque no responden a la norma. La idea comercial del amor representa formas hegemónicas de corporalidades, etnias, identidades, clase social, edades y géneros en donde las lógicas del mercado se imponen como lógicas de posesión. Así, la mayoría de las relaciones sexoafectivas se viven dentro de la matriz heterosexual, más allá de su orientación sexual o identidad de género, entendiendo a las relaciones como una forma más de consumo en términos de propiedad o dominación. La construcción de una única forma de amor, es parte de una estructura heterocispatriarcal mucho más compleja que impone patrones de pensamientos, sentimientos y conductas para legitimar lógicas de opresión que impactan sobre el imaginario colectivo en términos de éxito/fracaso.

En nuestro tiempo, "el amor romántico" es un modelo de conducta amorosa que refuerza una idea sobre "el significado del amor" y sobre qué sentimientos o emociones deben de sentirse. Esta idea es transmitida a través de canciones, novelas, películas, anuncios, libros, entre otros. El ideal o mito del amor romántico puede hacer que se generen situaciones de dependencia emocional y se desarrollen situaciones de violencia ya desde el noviazgo, basándose en que "el amor todo lo puede".

¿Qué características tiene el amor romántico?

  • Entrega total a la otra persona y hacer de la otra persona lo único y fundamental de la existencia.
  • Vivir experiencias muy intensas de felicidad o de sufrimiento.
  • Depender de la otra persona y adaptarse a ella, postergando lo propio.
  • Perdonar y justificar todo en nombre del amor.
  • Estar todo el tiempo con la otra persona.
  • Pensar que es imposible volver a amar con esa intensidad.
  • Desesperar ante la sola idea de que la persona amada se vaya.
  • Prestar atención y vigilar cualquier señal de altibajos en el interés o el amor de la otra persona.
  • Idealizar a la otra persona no aceptando que pueda tener algún defecto y en caso de reconocerlos tener la convicción de que va a cambiar por amor
  • Sentir que cualquier sacrificio es positivo si se hace por amor a la otra persona.

¿Qué tanto influye el entramado sociocultural en el que vivimos? ¿Qué tanto afecta esa diferencia marcada a la hora de amar? El amor, como nos lo enseñaron, como lo celebramos, como lo venden y como lo compramos es el llamado amor romántico, que tiene su raíz en el patriarcado. Este tipo de amor muchas veces reproduce dinámicas y comportamientos de subordinación, posesión y demás formas de violencia que mantienen viva una relación de poder desigual no solo en las parejas cis heterosexuales.

¿Es posible resignificar el amor tomando como base acuerdos de respeto, cuidado y comunicación?
Dejando de lado mitos que aseguran que se debe soportar todo o que al estar en una relación, la pareja se convierte en posesión del otrx, desaprender que el amor es "naturalmente" heterosexual y que su fin último es el matrimonio y la reproducción es posible sin significar que cuestionar el mito del amor romántico , deconstruirlo no significa que dejemos de amar, que las relaciones dejen de existir o que ya no sea posible vivir en pareja; sin embargo, el amor romántico es un mecanismo de violencia patriarcal, de imposición de cultura hegemónica que pone, en muchas ocasiones en peligro la integridad sexual, la independencia económica , la salud mental y en los casos mas extremos la propia la vida.

¿Es posible construir un amor compañero, un compañerismo amoroso? ¿Qué necesitamos para que suceda? ¿Cuáles son las bases?
Se puede construir desde la idea de que yo tengo los mismos derechos que el otrx, que podemos tratarnos como compañerxs el tiempo que estemos juntos, que podemos seguir queriéndonos durante la ruptura, y también después de la ruptura, el vínculo de respeto se perpetúa porque no concibo al otrx como una posesión o no soy posesión del otrx, ni dependemos unx del otrx para poder vivir una vida plena.

Es una forma de relacionarse igualitariamente, sin jerarquías, sin dominación ni sumisión, sin sufrimientos, sin dependencias. Es una forma de relación basada en la confianza y la complicidad, que igual que construimos con los amigos y las amigas, también podemos hacerlo con la pareja.

Es posible cuando desde la infancia recibimos ESI, aprendemos a expresar nuestros sentimientos, para aprender a disfrutar con la diversidad, para aprender a relacionarnos en igualdad y desde la filosofía de los cuidados.

Para aprender a relacionarnos desde el buen trato y el respeto mutuo, para desaprender la violencia romántica y todos los mitos que perpetúan relaciones desiguales necesitamos poder analizar desde una perspectiva crítica, para poder fraguar, originar, crear otros protagonismos, otras tramas, otros finales sin violencias. Este aprendizaje no termina nunca: necesitamos herramientas para aprender a querernos mejor, para disfrutar del placer sin culpa, para aprender a construir relaciones igualitarias libres de violencias.

El amor no debe doler, no debe golpear, no debe abusar, no debe prohibir ni lastimar. Seguir perpetuando el mito del amor romántico significa seguir perpetuando prácticas que vulneran a nivel físico, social, emocional y psicológico.