NO SABÍA LEER NI ESCRIBIR Y ESTA SEMANA EMPEZÓ A TOMAR CLASES EN LA ESCUELA ITINERANTE

La historia del hombre que fue a aprender
"‘¿Usted podría ser mi maestra?’, me preguntó y me desarmó", cuenta Mariana Molteni, a quien Carlos le pidió si le podían enseñar. El hombre ya tomó varias clases y ahora quiere llevar a su hija a la escuela instalada frente al Congreso.

Por Ailín Bullentini

Mariana Molteni salió de la Escuela Itinerante a tomar un poco de aire. Ese jueves –el pasado– se habían despertado "tempranísimo" ella y los otros docentes que habían pasado la primera noche de la instalación que sostiene y visibiliza los reclamos de los maestros en un conflicto que ya lleva más de dos meses. Estaba saliendo el sol y mientras Mariana estaba ahí parada contra la valla –que separa la estructura de la calle– un muchacho se acercó, le empezó a dar charla. Le contó que no sabía leer ni escribir, que sobrevivía de lo que le dejaba la "changa" de abrir y cerrar puertas de taxis en Palermo y quería aprender. "‘¿Usted podría ser mi maestra?’, me preguntó y me desarmó", resumió Mariana sobre el primer alumno de la resistencia docente en la Plaza de los dos Congresos.