En la construcción de esta historia hay actores muy diversos y remotos, como los pueblos originarios y las historias de sus traslados; los barcos, proveedores de gran parte de la inmigración europea, quienes hicieron parte de la transformación que sigue significando algo especial en nuestra historia turística, y hasta permitiendo que desde 1904 Argentina tuviera créditos de colonizador en la lejana Antártida.
Junto a estas y muchas otras historias, Argentina acentúa la integración a través de los ferrocarriles, y en el Siglo 20 a través de las rutas pavimentadas y el transporte aéreo, permitiendo esto mostrar y proyectar hacia todo el mundo nuestra potencialidad natural y cultural.

La construcción de la primera línea férrea fue el producto de la coincidencia de iniciativas y capitales netamente argentinos. La constitución de la "Sociedad del Camino de Fierro de Buenos Aires al Oeste", dio origen a nuestros ferrocarriles.

Este ferrocarril se inauguró oficialmente el 29 de agosto de 1857, y la ceremonia fue presidida por el entonces Gobernador de Buenos Aires, Dr. Valentín Alsina. A quien acompañaron en el viaje inaugural figuras como Bartolomé Mitre, Domingo F. Sarmiento, Dalmacio Vélez Sarfield, y otros invitados especiales.

Luego llegó el turno de la hotelería sofisticada, de la mano de visionarios como Palau en 1881. Así se crearon el Área Termal de Salta, y hoteles como el Plaza, el Palace Tigre Hotel, El Edén y el Sierras de Córdoba, el de Sierra de la Ventana, el Bristol de Mar del Plata o el Villavicencio de Mendoza. Todo en un contexto que acompañaron las comarcas más relevantes de la patria.

Pero la verdadera consolidación del turismo tuvo que ver con la puesta en marcha y la continuidad de una concepción política. El desplazamiento de turistas durante el primer gobierno peronista hacia diferentes destinos continuó con una tendencia en aumento en las décadas posteriores una vez terminada la 2ª Guerra Mundial. Gracias a la consolidación de un Turismo Social, que a partir de una serie de medidas como el aumento de los salarios, la generalización del descanso semanal, de los días feriados obligatorios y pagos, el sueldo anual complementario y el derecho a vacaciones anuales pagas, favoreció las condiciones para el acceso al turismo de sectores más amplios de la población, fundamentalmente los asalariados urbanos.

El propio Perón repetía en distintas ocasiones, y sus palabras hasta formaron parte de una publicidad que realizó la Administración de Parques Nacionales y Turismo en 1946 y apareció en la revista Automovilismo: "Organizaremos viajes colectivos, se construirán campamentos y se habilitarán colonias de vacaciones y hoteles económicos en la sierra y en el mar, para que este programa no se limite a un pequeño sector del pueblo, posiblemente el que menos necesita oxigenarse, sino a todos los que pueden desplazarse y aprovechar 15 ó 20 días al año, con un pequeño desembolso y reparar sus energías".

* (Termas-Villa Elisa: imagen cedida por la Sec. de Turismo de la Nación).

(Ver Otras Efemérides)