16 DE JUNIO: ATAQUE A LA POBLACIÓN CIVIL – BRUTAL BOMBARDEO A PLAZA DE MAYO

La manifestación de Corpus Christi del 11 de junio de 1955, integrada también por militantes antiperonistas, constituye la antesala del golpe contra el Gobierno constitucional de Perón. En los días siguientes se completa la trama conspirativa para bombardear la Casa de Gobierno, a cargo de la Aviación Naval, con el fin de asesinar a Perón y ocuparla con una fuerza de choque de la Infantería de Marina.

El bombardeo se inicia el mediodía del 16 de junio. La acción intensa se prolonga por varias horas dejando en la Plaza de Mayo un escenario dantesco. Decenas de civiles que concurrían a sus trabajos son destrozados por el fuego y las esquirlas. La CGT convoca a los Trabajadores a defender el Gobierno popular y después del mediodía cientos de personas llegan para ayudar a los caídos, algunos armados, otros con palos dispuestos a pelear. A las 15:30 hs de esa tarde aparece otra escuadrilla que lanzó una seguidilla de bombas y barrió la Avenida de Mayo con sus ametralladoras. El golpe fue sofocado, pero quedaron en la Plaza centenares de muertos y un millar de heridos.

Perón pide calma y no toma represalias con los responsables, con la intención de frenar una posible guerra civil. Poco después, en sus discursos de los días 5 y 15 de julio, convoca a la "pacificación" proclamándose Presidente de todos los argentinos, amigos o adversarios. Los opositores le contestan con discursos duros e intransigentes, rechazando todo intento de conciliación.

El 31 de agosto, J. W. Cooke, promoviendo la adhesión al acto convocado para ese día por la CGT, expresa en un mensaje radial: "La voz del Presidente no fue escuchada ni su mensaje respetado. Y el sacrificio que hicimos al contener nuestras ansias de salir, gritar la indignación y el dolor que nos provocaba la muerte impiadosa de los hermanos segados por la metralla, sólo ha servido para que núcleos reaccionarios, políticos superados por el tiempo y la historia y grupos añorantes de un pasado de explotación y coloniaje, se entregaran a la despreciable tarea de crear un clima de perturbación, conducente a destruir las conquistas populares logradas en diez años de lucha, esfuerzos y holocaustos...".

Después de asumir como interventor del partido, Cooke había diseñado un plan de movilizaciones y actos públicos. El Partido Peronista saldría otra vez a la calle. Pero los acontecimientos no le dieron tiempo suficiente para concretarlo. Las versiones de la inminencia del golpe se propagan rápidamente y el 16 de septiembre de 1955 se levanta en Córdoba el General Lonardi.

Dos días después, el destino del golpe es todavía incierto, pues algunos mandos permanecen leales, aunque la flota, bajo las órdenes de Isaac Rojas, después de cañonear Mar del Plata, se ubica frente a La Plata amenazando con bombardear la destilería de petróleo. Ante la amenaza de este bombardeo a bienes de la Nación, con los antecedentes de lo ocurrido el 16 de junio, el día 19 Perón reúne a una Junta de Generales y entrega la renuncia como Presidente de la Nación.

En los días posteriores son incesantes las manifestaciones obreras que son ametralladas desde vehículos blindados que recorren el centro de la Ciudad, donde se registran intensos combates callejeros.

El 23 de septiembre asume el General Eduardo Lonardi. Habla desde los balcones de Plaza de Mayo y, haciendo suya una frase de Urquiza, afirma que "no hay ni vencedores ni vencidos". Perón es derrocado por un golpe cívico militar que se denomina "Revolución Libertadora" y comienza su exilio que durará casi 18 años.


Fuente: Libro "Clase Trabajadora, nuestra historia".